La más fiera de las
bestias – Lucas García
(Reseña)
Uno puede creer que el castigo que un
hombre puede proponerse es grande, y feroz, pero nos equivocamos. El castigo es
fuerte, doloroso, triste, incomprensible. <<Abre
los ojos. No reconoce la habitación. Una bombilla de 40 watts>>.
Damos inicio a esta aventura y venganza de aquel hombre, que alguna vez fue
importante y la cago, por su propio bien, por su propia justicia.
Primera parte, Inocentes; Se
encuentra en los vagos e inexistentes recuerdos de su pasado, pasando por la
etapa de redescubrirse, pero no lo logra en el primer intento. Es torturado,
masacrado y está confuso en el camino de este purgatorio del dolor, del
castigo, de la justicia propia. Su cuerpo si reconoce quien es él, pero su
mente no, su mente es la peor tortura de todas, la más fuerte, la más profunda
y fiel a su legado. Castigado por un supuesto asesinato de una madre e hija
que, desgraciadamente, no recuerda, pero sabe y perjura que es inocente. Escapa
del purgatorio utilizando sus antiguas habilidades de combate y masacre. Y
dejando como principal enemigo a “El del pasa montañas.” Encargado de los
tratamientos con un doctor que puede devolver de la muerte aquellos infieles destinados
a seguir torturados.
Segunda parte, Afuera; Después de tanto,
logra salir, escapar de aquel purgatorio viéndose destinado a conseguir la
verdad sobre sí mismo, sobre ese lugar donde lo torturaban por matar a una
madre e hija que él no conocía, no entendía. ¿Quiénes eran ellas? ¿Por qué
habría de matarlas? Cuyas respuestas serán reveladas al final del relato. Se
encuentra en los lugares más oscuros de la propia Caracas. En busca de la
venganza, conoce a un tal: Sr. Cruz, jefe de la mafia venezolana. Se convierte
en el más eficiente mafioso del jefe, haciéndole encargos terribles que
oscurecen más y más su alma. Al no conocer su propio nombre su alias era
“Chucknorris” Aquí, entre tantos encargos y muertes, encuentra pistas de su
paradero y del purgatorio en la zona oscura del infierno.
Tercera parte, Revelación; Encuentra
la casa, los testigos, el amigo, los videos, la revelación. Después de una
llamada, de su mejor amigo, descubre todo. Después de encontrar la casa y ver
esas fotos, las fotos de su familia, de su mujer y de su hija, su familia, sus
tesoros. No entiende nada, su cabeza explota con melancolía, no puede ser
posible que él, Gabriel, las haya matado. Aún no recuerda nada, la droga es muy
fuerte, su cabeza esta confusa y dañada, desgastada. Nada tiene sentido para
él, así que finalmente acude a la llamada de su amigo. Ve el video, su
confesión: Tras un accidente automovilístico de su mujer y su hija, por
revelarle que por muchos años, manifestaba la justicia por sus propios medios
en el purgatorio. Ella sale con la niña en un auto, causando un terrible y
desagradable choque. <<Si yo no le
hubiera dicho, ella seguiría aquí>> Tras esto, borró los archivos y
le confesó su plan a su mejor amigo: Perderse totalmente, borrar todo y manifestar
la justicia que merecía, su castigo propio. Nadie debía saber esto y nadie lo
supo hasta que regresa a la organización contando la verdad y volviendo a ella
para seguir en su castigo eterno.
Es increíble como un hombre, consumido
por la impotencia, la rabia y la culpa puede causarse su propio y verdadero
castigo, y no diremos que este bien y que este mal porque, quién dice que un
hombre, que un ser, no pueda manifestar su propio infierno si el verdadero
infierno está en la mente.
Abraham Ezequiel Silva
Alfonzo (AESA)
2018
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