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Almas que buscan un sentido - Abraham E. Silva

   El mundo es un lugar extraño, raro. El hombre no entiende en su totalidad la mitad de lo que escribe, ve, hace, o sabe, eso lo comprendemos pero no entendemos en sí un cuarto del mundo y menos lo minúsculo que somos para/en el universo: un simple átomo. El hombre, la persona, el humano en sí, señores, está corrompido y destruido, tiene algo dentro de sí que no se puede arreglar y podemos citar la biblia u otras religiones y mitologías más si no creen que somos impuros en nuestra totalidad y quiero aclarar que no hay mente sana, que alguien que aparente no tener malicia no quiere decir que no la tenga: los niños son “la parte más pura del mundo”, pero ciertamente, tienen su propio tipo de malicia, según la perspectiva de cada quién.    Aunque no vine para hablar de mi perspectiva del mundo corrompido en el que habitamos actualmente, pero con algo tenemos que empezar para conocernos, mi querido lector. Hablaremos y nos desglosaremos en lo qué es el alma, el aura, la trasmutación,

Malinche, como símbolo de la traición - Abraham Ezequiel Silva Alfonzo



                                     

    Nos remontamos a una época del siglo XV, en la cual, muchas religiones y culturas eran (y siguen) diferentes. Primeramente, ¿Qué significa “Malinche”? Malinche; en México significa la traición. En la historia de Laura Esquivel, significa “Dueño de Malinali” entre otras cosas. Ahora, nuestras interrogantes son: ¿Por qué traición? ¿Quién es Malinali?: Ella es símbolo de la traición porque Malinali, nuestra protagonista, es de procedencia indígena, a sus pocos años de edad (4 años) fue regalada a los españoles, en los cuales, era la que unía esos dos mundos mediante el idioma de ambos (español, maya y azteca), fue la traductora en sus guerras diplomáticas, a pesar de eso, ella estaba destinada (de alguna forma) a hacerlo. La diferencia de culturas y pensamientos era muy grande y a la vez muy parecidas, pues realmente la avaricia de los españoles no tiene fin y esto se toma muy claro en toda la historia. En cierta forma Malinali fue manipulada bajo estos términos en su cabeza: Ellos son los seguidores, los que vienen de parte del dios: Quetzalcóatl. Pensaba que al venir estos extraños seguidores, los sacrificios (en los cuales ella estaba muy disgustada de su propia cultura) se acabarían, ya que en uno de esos sacrificio su padre fue uno de los perjudicados, y esto, provoco que la madre de Malinali se buscara otro esposo y perdiera el afecto e importancia a su niña, dejándola con su abuela. En el tiempo que estuvo con su abuela, ella era su única familia, aprendió y valoro todo ese tiempo que estuvo con ella, mientras que su abuela, muriendo lentamente la dejo sola en el mundo de los vivos, pero siempre fue recordada en su mente y espíritu. En sus sueños y pensamientos.

   Malinali fue regalada muchas veces, pero luego, fue regalada al hombre que la hizo sentir tanto amada e importante como traidora y despreciable. Hernán Cortés, fue el hombre que al no encontrar la satisfacción y gloria en España emprendió como conquistador de los mexicas. Con la diplomacia y la labia, pensaba dialogar con las grandes y poderosas tribus de centro América (Mayas y aztecas) y así conquistar sin necesidad de batallar (lo que fue mentira). Malinali –junto a 19 mujeres más- fue regalada al gran Hernán Cortés. Lo que buscaba este ser era la comunicación entre estas personas y culturas, le frustraba no poder entenderlas por completo, pero Malinali, fue su lengua, la que gracias a ella el avance y masacre a estas grandes y poderosas tribus fueron posibles. Pero Malinali no lo hizo apropósito, ella pensaba que su papel como la lengua, la unión entre estos dos mundos era buena, podía hacer progresar, eliminar los sacrificios. Pero no fue así, al sentirse atraída y amenazada con Cortés se dejo llevar un poco, él era: “Su amor y peor enemigo”. Cortés también le atraía esa indígena tan espectacular, fue tan así que a lo largo del tiempo con esta niña-adulta tuvieron relaciones sexuales. Nunca fuera de lo normal, ella era solamente un objeto sexual y su arma más letal en la diplomacia siendo ella su lengua.

   Teniendo un mundo de sentimientos, desprecio y odio, Malinali no hallaba que hacer con su cabeza: Pensaba en su abuela, la traición de su madre al regalarla, su padre en los sacrificios, nuevos dioses a quienes no comprendía por qué debería adorar y en Hernán

   Cortés. Su mundo estaba patas arriba, también está el hecho de que ella creía que estaba realmente ayudando a su pueblo, que ella en sí se sentía traicionada por ellos. Ese pueblo que amaba masacrados a sangre fría, saqueados salvaje y primitivamente en su belleza. Pero, ella tenía esto en cuenta, su cabeza no dejaba de recordárselo, pero aun así, pensaba que no era del todo mal. Los años pasaban y Cortés, para darle mayor importancia o clase, tuvo un hijo con ella, pero a él no le importaba eso, ni siquiera esa pequeña criatura, solo quería que ella siguiera siendo su lengua. Malinali, le dijo sus verdades y este hombre supo que el tenia todo esto, que él era un loco avaricioso. Admiro más a esta mujer, pero a pesar de eso, solamente la tenía ahí. Malinali sentía que había abandonado a su hijo (aunque solo fueron unos cuantos meses) ya de cuatro años de edad, igual que su madre. Se sintió y comprendió a su madre (después de confrontarle y decirle con toda su ira y rencor que no la perdonaba) y ahí sintió que la perdonó, que la amaba, que la entendía.

   Luego de esta discusión con Cortés, él se emborracho, Malinali sabía que significaba esto y estaba lo más alejada posible (se dice que el mato a su esposa el día de la fiesta de nacimiento de su hijo varón con Malinali). La dejo libre. Llama a uno de sus más fieles subordinados (Ya enamorado de esta) y los casó ahí mismo. Ella se sintió libre, tenía posición, y todo gracias a este desgraciado hombre. Le agradecía y lo maldecía por todo. Luego de tal propuesta Malinali puede regresar y ver a su hijo, quien la desprecia hasta tal punto de perdonarla. Al pasar de los años con su esposo aprendió a amarlo y respetarlo, era un hombre respetuoso y bueno. Tuvo una hija con él, sus hijos compartían juntos. Y el mismo Hernán les dio unas buenas tierras al lado de su pueblo natal. Construyeron su casa, y respetaron y aprendieron de sus culturas. Uno de esos días de paz llego Hernán a la casa reclamando sus favores: Ellos tenían que declararlo inocente del asesinato de su esposa. Pero Malinali no se lo daría tan fácil así que discutieron, pero realmente Malinali se atacaba a ella misma sabiendo el dolor del que todos sabemos que es culpable. Esa noche se va un momento a ver a su diosa para perdonar y limpiar su alma, la diosa: Tonantzin, a la deidad femenina, a la madre.

   A pesar de la culpa en sus actos, ella pudo vivir en paz lo que le quedaba de vida, pero, poniéndonos en su lugar, no era mucho que se pudiera hacer, era una esclava, su palabra y sus creencias no valían nada. Y ella no estaba en cuenta de que estaba haciendo las cosas mal, para ella, ellos eran los seguidores de Quetzalcóatl. Para ella ellos estaban cambiando la forma, sus creencias, su cultura. Ellos eran el ampliamiento de la mente y el idioma.

   ¿Para ti ella es una traidora?, Para mi ella es una persona como cualquiera de nosotros, solo en el lugar y momentos equivocados, con las personas equivocadas. Para ella los sacrificios, su madre, Hernán, la habían llevado a parar allí. Todo es una secuencia de cosas las cuales no es culpa de ella. Malinali, no es tracción. Malinali es destino.


                                                                                              Abraham Ezequiel Silva Alfonzo (AESA)

                                                                                                                                      Diciembre, 2017

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