Ir al contenido principal

¡Lee!

Almas que buscan un sentido - Abraham E. Silva

   El mundo es un lugar extraño, raro. El hombre no entiende en su totalidad la mitad de lo que escribe, ve, hace, o sabe, eso lo comprendemos pero no entendemos en sí un cuarto del mundo y menos lo minúsculo que somos para/en el universo: un simple átomo. El hombre, la persona, el humano en sí, señores, está corrompido y destruido, tiene algo dentro de sí que no se puede arreglar y podemos citar la biblia u otras religiones y mitologías más si no creen que somos impuros en nuestra totalidad y quiero aclarar que no hay mente sana, que alguien que aparente no tener malicia no quiere decir que no la tenga: los niños son “la parte más pura del mundo”, pero ciertamente, tienen su propio tipo de malicia, según la perspectiva de cada quién.    Aunque no vine para hablar de mi perspectiva del mundo corrompido en el que habitamos actualmente, pero con algo tenemos que empezar para conocernos, mi querido lector. Hablaremos y nos desglosaremos en lo qué es el alma, el aura, la trasmutación,

En el país de la nube blanca - Sarah Lark

En el país de la nube blanca - Sarah Lark
(Reseña)

   Helen y Gwyneira son las protagonistas de la historia redactada por Sara Lark.
   Desde el inicio es evidente la dualidad representada por ambas mujeres: dualidad de conflictos, de intereses, de visiones, de estatus. Por obra del destino se ven en la necesidad de mover sus raíces inglesas hacia la naciente tierra de Nueva Zelanda,

   Helen Davenport es una maestra particular de 27 años, encargada de proteger a sus 2 hermanos menores. Debido a su edad sabe las inmensas dificultades que se le presentarían para acordar un buen, matrimonio; así fue que decidió ceder a un anuncio de esta nueva tierra en  la que hombres “jóvenes” y de buenas intenciones buscan matrimonios adecuados.

   Helen se ve guiada más por la desesperación que por cualquier otra cosa: necesitaba formar su propia familia.
                                                                                            
   Gwyneira es una jovencita rebelde y hermosa, acostumbrada a llevar riendas de la finca de su padre, aunque conoce, por su madre, muchas tradiciones que se esperan de una lady. Realmente no le interesa comportarse como tal. Debía viajar cuando, mediante un juego de cartas, su padre pierde una apuesta con, nada más y nada menos, que el “Barón de la lana”, Gerald Warden, comprometida a contraer matrimonio son su hijo Lucas Warden.

   Desde cada punto de vista, el lector se enterará de las diferentes dificultades y aventuras por las que deberán pasar nuestras dos mujeres. La historia se encontrará dividida en cuatro bloques de información que a su vez poseerán las fechas de cada acontecimiento. 

   En la primera parte; conocemos a nuestras protagonistas sabemos quiénes son y qué hacen en Inglaterra hasta el viaje que las embarcará a su nuevo hogar.

   Helen viajará acompañada a 5 jóvenes huérfanas prometidas para colaborar con labores de cocina y varias.
   Gwynn se llevará como dote al mejor caballo y el mejor perro ovejero entrenados por ella misma quienes, más que mascotas son sus amigos.

   Muy parecido al amor; El Dublín sería el barco encargado de hacer el traslado a nuevas tierras; Helen, aprovechando sus dones pedagógicos comienza serias jornadas de instrucción a las jóvenes huérfanas enseñándoles a defenderse no solo como ayudantes de cocina sino también como mujeres independientes y capaces. Además las clases las ayudan a crear vínculos  de hermandad lo que será una ventaja posterior para las niñas. Sin embargo, muy bien guardada entre sus cosas, Helen lleva las cartas recibidas de Howard O´keefe y con ellas una ilusión además de una promesa de matrimonio. 

   Gwyneira en total contraste embarcará en primera clase con todos los hijos que hasta ese entonces poseían permitiese en viajes tan largos; aunque es cierto que fue la única clase a la que nunca le faltó: calor, control y alimento. Gwyneira también guarda intriga de quien pudiera ser su esposo y esta duda comía será la que lleve a nuestras protagonistas a convertirse en tan buenas amigas.

   Cada una a su manera decide pintar y crear un escenario ideal de quien sería ese acompañante del resto de su vida. Al llegar comenzarían las dificultades, pues como habitantes colonizadores se veían en la necesidad de construir sus propios caminos.
   - O`keefe y Warden 

   La despedida de las niñas no fue fácil pero Helen sabía que para eso viajaron; antes de conocer a su futuro esposo, debió esperar y al verlo aun no supo ver con claridad quién era este. La boda no fue comprometedora y realmente todo pasó con mucha rapidez, Howard no podía perder tiempo. Pronto nuestra maestra se enteraría que más que una esposa Howard necesitaba alguien que le ayudara con la, cada vez mas decaída, granja.

   Por otro lado, Gwyneira conocerá realmente al amor de su vida, un hombre cumple con todo lo que buscaba encontrar en un hombre; el problema es que su nombre no era Lucas Warden. James Mackenzie era el capataz de la hacienda y quien a futuro daría grandes dolores de cabeza a todos los gauderios de la zona. 

   En todo este ambiente colonizador una noticia: Gerald Warden y Howard O`keefe, aunque poseen granjas vecinas, están separados por una discordia más grande que sus tierras; un secreto que llegará hasta la posterior generación y será la causa de sus desgracias.

   De igual manera, la llegada de Helen marcará su destino y un inicio o futuras disputas:
  Nuestras maestra haciendo lo que su corriente sangre pedagógica le reclama, iniciará las clases a unos niños maoríes de la tribu más cercana a O´keefe Station; sin embargo, al enterarse de eso, el resto de las tribus comienzan también a enviar a sus niños y futuros herederos lo que de alguna manera, creará las bases de los reclamos de los originarios hacia los “Ladrones e embarcadores” de las tierras.

   De esta manera se desarrolla más de 20 años de historia, en las dos seguidas partes del libro.
   Intriga y una extensa red de substramos, son tejidas por Sarah Lark mientras el verdadero trasfondo es el proceso colonizador vivido en Nueva Zelanda,  la isla de la gran nube blanca. El papel de la mujer es relevante y su importancia nunca es puesta en duda desde el principio hasta el final. Las mujeres independientes, decididas. Que resuelven y saben cómo enfrentarse a su aventura, mujeres movidas por amor, por su aventura ímpetu y por una gran fortaleza interna. 

   Al principio están representadas solo por Helen y Gwyn , pero luego verán su reflejo en las nuevas generaciones cuando, al crecer, las pupilas de Helen marquen pauta (cada una a su manera) dentro de la nueva sociedad.

   El hijo de Helen, Rubén, junto a su esposa: Faurette (Hija de Gwyn) nos muestra una nueva faceta del hombre colonizador que debe aprender a formar su camino así desde cero. En esta relación es nuevamente la mujer quien toma la iniciativa, pues, Fleur heredó gran parte del carácter de su madre.

   De las pupilas de Helen es necesario resaltar el papel de Dafne , la atrevida pelirroja que no se deja aminorar por el destino que le tocó sino que se enfrenta a todo y lo usa para sobreponerse. Por otro lado, nuestras soñadoras: Para Helen el amor que tanto buscó y soñó lo encontró allí en su hijo. Para Gwyn se presenta y es aprovechado luego de que debiera afrontar miles de dificultades y de situaciones incomodas de parte de su  alcohólico y abusivo suegro. Sin embargo, encontró paz en los brazos del padre de su amada Fleur: James.

   Sara Lark nos muestra en esta increíble saga la colonización, la formación, la historia, pero, además, da un valor fundamental a la mujer que la vuelve imperecedera.

Yendelki Pérez

Comentarios

Entradas populares