En el país de la nube blanca - Sarah Lark
(Reseña)
Helen y Gwyneira son las protagonistas de la
historia redactada por Sara Lark.
Desde el inicio es evidente la dualidad
representada por ambas mujeres: dualidad de conflictos, de intereses, de
visiones, de estatus. Por obra del destino se ven en la necesidad de mover sus
raíces inglesas hacia la naciente tierra de Nueva Zelanda,
Helen
Davenport es una maestra particular de 27 años, encargada de proteger a sus 2
hermanos menores. Debido a su edad sabe las inmensas dificultades que se le
presentarían para acordar un buen, matrimonio; así fue que decidió ceder a un
anuncio de esta nueva tierra en la que
hombres “jóvenes” y de buenas intenciones buscan matrimonios adecuados.
Helen se ve guiada más por la desesperación
que por cualquier otra cosa: necesitaba formar su propia familia.
Gwyneira es una jovencita rebelde y hermosa,
acostumbrada a llevar riendas de la finca de su padre, aunque conoce, por su
madre, muchas tradiciones que se esperan de una lady. Realmente no le interesa
comportarse como tal. Debía viajar cuando, mediante un juego de cartas, su
padre pierde una apuesta con, nada más y nada menos, que el “Barón de la lana”,
Gerald Warden, comprometida a contraer matrimonio son su hijo Lucas Warden.
Desde cada punto de vista, el lector se
enterará de las diferentes dificultades y aventuras por las que deberán pasar
nuestras dos mujeres. La historia se encontrará dividida en cuatro bloques de
información que a su vez poseerán las fechas de cada acontecimiento.
En la primera parte; conocemos a nuestras
protagonistas sabemos quiénes son y qué hacen en Inglaterra hasta el viaje que
las embarcará a su nuevo hogar.
Helen viajará acompañada a 5 jóvenes
huérfanas prometidas para colaborar con labores de cocina y varias.
Gwynn se llevará como dote al mejor caballo
y el mejor perro ovejero entrenados por ella misma quienes, más que mascotas
son sus amigos.
Muy parecido al amor; El Dublín sería el
barco encargado de hacer el traslado a nuevas tierras; Helen, aprovechando sus
dones pedagógicos comienza serias jornadas de instrucción a las jóvenes
huérfanas enseñándoles a defenderse no solo como ayudantes de cocina sino
también como mujeres independientes y capaces. Además las clases las ayudan a
crear vínculos de hermandad lo que será
una ventaja posterior para las niñas. Sin embargo, muy bien guardada entre sus
cosas, Helen lleva las cartas recibidas de Howard O´keefe y con ellas una
ilusión además de una promesa de matrimonio.
Gwyneira en total contraste embarcará en
primera clase con todos los hijos que hasta ese entonces poseían permitiese en
viajes tan largos; aunque es cierto que fue la única clase a la que nunca le
faltó: calor, control y alimento. Gwyneira también guarda intriga de quien
pudiera ser su esposo y esta duda comía será la que lleve a nuestras
protagonistas a convertirse en tan buenas amigas.
Cada una a su manera decide pintar y crear
un escenario ideal de quien sería ese acompañante del resto de su vida. Al
llegar comenzarían las dificultades, pues como habitantes colonizadores se
veían en la necesidad de construir sus propios caminos.
- O`keefe y Warden
La despedida de las niñas no fue fácil pero
Helen sabía que para eso viajaron; antes de conocer a su futuro esposo, debió
esperar y al verlo aun no supo ver con claridad quién era este. La boda no fue
comprometedora y realmente todo pasó con mucha rapidez, Howard no podía perder
tiempo. Pronto nuestra maestra se enteraría que más que una esposa Howard
necesitaba alguien que le ayudara con la, cada vez mas decaída, granja.
Por otro lado, Gwyneira conocerá realmente
al amor de su vida, un hombre cumple con todo lo que buscaba encontrar en un
hombre; el problema es que su nombre no era Lucas Warden. James Mackenzie era
el capataz de la hacienda y quien a futuro daría grandes dolores de cabeza a
todos los gauderios de la zona.
En todo este ambiente colonizador una
noticia: Gerald Warden y Howard O`keefe, aunque poseen granjas vecinas, están
separados por una discordia más grande que sus tierras; un secreto que llegará
hasta la posterior generación y será la causa de sus desgracias.
De igual manera, la llegada de Helen marcará
su destino y un inicio o futuras disputas:
Nuestras maestra haciendo lo que su corriente
sangre pedagógica le reclama, iniciará las clases a unos niños maoríes de la
tribu más cercana a O´keefe Station; sin embargo, al enterarse de eso, el resto
de las tribus comienzan también a enviar a sus niños y futuros herederos lo que
de alguna manera, creará las bases de los reclamos de los originarios hacia los
“Ladrones e embarcadores” de las tierras.
De esta manera se desarrolla más de 20 años
de historia, en las dos seguidas partes del libro.
Intriga y una extensa red de substramos, son
tejidas por Sarah Lark mientras el verdadero trasfondo es el proceso
colonizador vivido en Nueva Zelanda, la
isla de la gran nube blanca. El papel de la mujer es relevante y su importancia
nunca es puesta en duda desde el principio hasta el final. Las mujeres
independientes, decididas. Que resuelven y saben cómo enfrentarse a su
aventura, mujeres movidas por amor, por su aventura ímpetu y por una gran
fortaleza interna.
Al principio están representadas solo por
Helen y Gwyn , pero luego verán su reflejo en las nuevas generaciones cuando,
al crecer, las pupilas de Helen marquen pauta (cada una a su manera) dentro de
la nueva sociedad.
El hijo de Helen, Rubén, junto a su esposa:
Faurette (Hija de Gwyn) nos muestra una nueva faceta del hombre colonizador que
debe aprender a formar su camino así desde cero. En esta relación es nuevamente
la mujer quien toma la iniciativa, pues, Fleur heredó gran parte del carácter de
su madre.
De las pupilas de Helen es necesario
resaltar el papel de Dafne , la atrevida pelirroja que no se deja aminorar por
el destino que le tocó sino que se enfrenta a todo y lo usa para sobreponerse.
Por otro lado, nuestras soñadoras: Para Helen el amor que tanto buscó y soñó lo
encontró allí en su hijo. Para Gwyn se presenta y es aprovechado luego de que
debiera afrontar miles de dificultades y de situaciones incomodas de parte de
su alcohólico y abusivo suegro. Sin
embargo, encontró paz en los brazos del padre de su amada Fleur: James.
Sara Lark nos muestra en esta increíble saga
la colonización, la formación, la historia, pero, además, da un valor
fundamental a la mujer que la vuelve imperecedera.
Yendelki Pérez
Comentarios
Publicar un comentario