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Almas que buscan un sentido - Abraham E. Silva

   El mundo es un lugar extraño, raro. El hombre no entiende en su totalidad la mitad de lo que escribe, ve, hace, o sabe, eso lo comprendemos pero no entendemos en sí un cuarto del mundo y menos lo minúsculo que somos para/en el universo: un simple átomo. El hombre, la persona, el humano en sí, señores, está corrompido y destruido, tiene algo dentro de sí que no se puede arreglar y podemos citar la biblia u otras religiones y mitologías más si no creen que somos impuros en nuestra totalidad y quiero aclarar que no hay mente sana, que alguien que aparente no tener malicia no quiere decir que no la tenga: los niños son “la parte más pura del mundo”, pero ciertamente, tienen su propio tipo de malicia, según la perspectiva de cada quién.    Aunque no vine para hablar de mi perspectiva del mundo corrompido en el que habitamos actualmente, pero con algo tenemos que empezar para conocernos, mi querido lector. Hablaremos y nos desglosaremos en lo qué es el alma, el aura, la trasmutación,

¿Qué significa ser un villano? - J. Caña





¿Qué significa ser un villano?


            Muchos a esta altura ya habrán visto una de las películas más ambiciosas del universo cinematográfico, independientemente de ser fanáticos o por simple curiosidad, ya que ha sido catalogada como el “crossover más ambicioso de todos los tiempos”; sí, estimado amigo, en esta ocasión estaremos hablando acerca de Avengers: Infinity War, de Marvel. Película controversial, película millonaria –en todos los aspectos–, con una producción impecable y muy poco de lo cual criticar que pueda llegar a ser catalogado como “mal”, no solamente por la amplia gama de personajes sino por un hecho que casi nunca se había visto en pleno siglo XXI, en el ámbito filmográfico: Expectativa real.
            Sin embargo, ¿Qué es lo que el espectador realmente esperaba? ¿Qué generó que millones de fans regresaran a su infancia al momento de ver el logo de Marvel en aquella cinemática del inicio? ¿Cuál fue el verdadero secreto de Marvel que resultó en millones de recaudaciones a nivel mundial, no solo monetariamente hablando, sino también a nivel de seguidores por el mundo? Muchos dirán que la espera, ver la consumación de 10 años de trabajo fílmico, 10 años de escenas post-créditos, 10 años de cameos de Stan Lee, 10 años de llegar al cine como con cualquier película, y salir con ganas de seguir en la misma línea.
            Otros, afirmarán que fue la publicidad, la cantidad alucinante de vistas en YouTube con cada tráiler, el incremento de mensajes en la red hablando acerca de ella, o las incontables entrevistas al numeroso grupo de actores presentes en la cinta de Marvel. Por supuesto, siempre hay una tercera vía que pensará distinto acerca de las causas de la fama de Infinity War, y no estaría más correcto que los demás puntos de vista; pues precisamente, en esta ocasión, no se quiere mostrar porqué triunfó, sino una de las causas del porqué lo hizo y que quizás sea la de mayor impacto a nivel de la cinta. 
            Efectivamente, estamos hablando acerca de: Thanos, el antagonista, el más grande de los villanos en el Universo Cinematográfico de Marvel (UCM). Puede sonar menos, dado ya dos puntos de vista cuyas bases parecen más firmes, o incluso ridículo, dado que podría ser fácilmente incluido en la espera por ver la consumación de 10 años de filmes por parte de Marvel, pero no, si se piensa así, no se podría estar más equivocado.
            Póngase rápidamente en contexto esto, de la siguiente manera: Así como las primeras dudas planteadas no podrían ser menos intrigantes, es preciso preguntar “¿Qué hace realmente emocionante a una película?” “¿Por qué las películas de acción suelen tener tanto nivel de taquilla?” “¿Será acaso que una comedia es realmente tan buena que llama más la atención que un simple drama cotidiano?” La respuesta a todo esto es, como ya lo habrá supuesto usted, querido amigo, la trama.
            Una trama que envuelva desaforadamente al espectador, da como resultado una historia inolvidable, cuya crítica no puede ser más mala que comer con los dedos, ni tan perfecta que no te ponga a dudar de su perfección.
Dicha trama, pues, aunque no nos demos cuenta, la genera un solo personaje, un ser cuya inteligencia y magnificiencia se base en hacer dudar de si en realidad estamos haciendo las cosas bien; de si todo con la sociedad está bien. Sí, el villano logra esto, y únicamente él es e personaje que debe, y está en toda historia. Una comedia se basa en solo hacernos pasar un buen rato, pero hasta en eso hay un villano: Lo que no es cómico. Un drama se basa en hacer aflorar nuestros sentimientos, pues su villano es la crueldad o cotidianidad del mundo, contrarrestado por el amor (Que dicho sea de paso, es el sentimiento que prevalece siempre hasta en el drama más pequeño). Por último, es necesario decir, pues, que en una película de acción surge el villano, solo que es más difícil que eso, ya que: No todos son villanos.
Todos recordamos a Anthony Hopkins y su grata actuación como el Dr. Hannibal Lecter, en El Silencio de los Inocentes; nadie tiene permitido olvidar a Jeremy Irons, en Duro de Matar, y la manera en que nos hizo dudar de que en realidad, incluso el invencible Bruce Willis podía morir; y por supuesto, no existe un solo cinéfilo que pueda considerar una mejor representación de villano que la del Joker del difunto Heath Ledger. Todos, ejemplos claros de antagonistas que hicieron historia; ninguno, siendo descriptible en pocas palabras del porqué triunfaron.
Sin embargo, es aquí donde surge la verdadera clave del éxito de Infinity War: ¿Qué hace realmente a un villano lo que es? ¿Qué genera la representación fiel de un antagonista? Y, sobre todo, ¿Por qué amamos a un buen villano, si se supone que es el malo? Fácil encontramos la respuesta en Josh Brolin, y su actuación como Thanos, el titán de Marvel: Cambiar nuestra perspectiva del bien y del mal.
Observándolo desde los ojos de Nietzsche, esto parece claro; algo que va más allá de la moral siempre resultará atractivo para la parte más pasional del ser humano, siendo un festín para el psiquis. Sin embargo, no es un análisis psicoanalítico del personaje, no nos encontramos en una cabina de la verdad frente al Titán para sacarle el trasfondo de sus actos, ni mucho menos nos hallaremos en evaluar si lo que hizo va con o contra la sociedad, estamos para deducir el secreto de la trama de la mejor película de Marvel en 10 años de recorrido fílmico.
Thanos, desde ese punto, significa el cambio trascendental de los villanos patéticos y simplones de Marvel, al oscuro y misterioso antagonista que –desde una perspectiva fría– no hace las cosas malas porque sea malo, sino porque para él, en eso se basa hacer el bien. Es que, precisamente, un villano no es villano por los actos que haga, sino por la explicación que le dio a ellos. El Joker de Ledger, desde ese punto, y a pesar de ser una comparativa fanática entre DC y Marvel, nos demuestra que no se basa en planear las cosas, solo dejar que las cosas sucedan, pues si va a ocurrir algo “mal”, es mejor no estar “So serious…”.
Siguiendo con esa línea, es preciso culminar en los tipos de justificación que hacen de un villano común, uno memorable: Se basa en no poder distinguir entre quién es el bueno, y quién es el malo, claro está, pero desde una perspectiva sumida en la realidad de esta sociedad retrógrada que nos enseña cada día que pasa, que nos controla sin sabernos, y nos vigila sin contestarnos; todo un festín para la literatura de Orwell, sin duda. ¿De qué manera? Nos sumiría, pues, el verdadero villano, en una situación incómoda e inaudita cuya ventaja parecería para ninguno, aun siendo para él, en la cual nos quiebra sin un solo golpe mas con una pregunta sencilla: ¿Qué harías tú?
¿Qué haría usted, amigo Lector, a sabiendas que ya no puede subsistir a su mitad derecha del cuerpo, puesto que está repoblada de bacterias y daños colaterales de anteriores golpes? ¿Qué podría hacer cuando, de pronto, ve surgir un hoyo negro de destrucción en la mitad de su casa, pero que no ha logrado succionar a la otra mitad que es donde tiene las cosas más importantes de su vida? ¿Cómo podría solucionarse esa situación? Preguntas como esa, caracterizan los actos de Thanos para con el Universo, cambiando nuestra realidad, nuestra visión de cuánto realmente puede llegar a sentir un “sin sentimientos” villano, como se le podría catalogar.
No era la medida correcta, sí. Pudo haber hecho algo incluso mejor con el Guantelete más poderoso del Universo, claro que sí. Incluso, pudo pensarlo indefinidamente al poseer la Gema del Tiempo en su poder. Sin embargo, un verdadero villano no piensa, no cree, no sueña, considera y opina que eso que está haciendo está bien, y que si no actúa pronto, los paganos habrán de sufrir más y más, el “mal” se propagará, o el fin de los “buenos tiempos” vendrá; en cierto modo, que es lo peor, sabemos que tienen razón.
Dicho esto, podemos decir que Thanos lo logró: Logra consumar los 10 años de espera que Marvel ha generado con sus villanos un tanto… cambiantes a través de su trayectoria cinematográfica, y en esta ocasión, genera ese sentimiento de querer más, de desearlo más, pero ¿Qué cosa? Entenderlo, entender el porqué de sus actos, de porqué eso que hizo pudo haber salido mejor, pero no lo pensó; querer entenderlo en el sentido de conectarnos con él, y no decir, “Maldita sea, yo hubiese hecho lo mismo”, porque si nos damos cuenta, Thanos llega a resultar más humanos que los propios Vengadores, y más benevolente que cualquier, al resistir la pena.
Es por esto que Infinity War, al final de sus minutos de película, logra quedar estático al espectador, no en el sentido físico, sino mental. Da un cambio a la perspectiva de la persona, que esta quiere, con fervor, volver a ver qué fue lo que lo ha dejado así; el porqué no puede reaccionar críticamente ante esto que acaba de ocurrir con la magia de la post-producción cinematográfica. Es una película que, a pesar de que merece su reseña, nos enseña que las tramas se forman, no se logran, y que sin un buen villano, no se avanza, porque al fin y al cabo: ¿A quién no le gusta cambiar de parecer, solo porque sí?

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