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Almas que buscan un sentido - Abraham E. Silva

   El mundo es un lugar extraño, raro. El hombre no entiende en su totalidad la mitad de lo que escribe, ve, hace, o sabe, eso lo comprendemos pero no entendemos en sí un cuarto del mundo y menos lo minúsculo que somos para/en el universo: un simple átomo. El hombre, la persona, el humano en sí, señores, está corrompido y destruido, tiene algo dentro de sí que no se puede arreglar y podemos citar la biblia u otras religiones y mitologías más si no creen que somos impuros en nuestra totalidad y quiero aclarar que no hay mente sana, que alguien que aparente no tener malicia no quiere decir que no la tenga: los niños son “la parte más pura del mundo”, pero ciertamente, tienen su propio tipo de malicia, según la perspectiva de cada quién.    Aunque no vine para hablar de mi perspectiva del mundo corrompido en el que habitamos actualmente, pero con algo tenemos que empezar para conocernos, mi querido lector. Hablaremos y nos desglosaremos en lo qué es el alma, el aura, la trasmutación,

El gran Gatsby – F. Scott FitzGerald


El gran Gatsby – F. Scott FitzGerald

   ¿Quién es Gatsby?

    Es la primera pregunta que nos hacemos al comenzar esta lectura y nos acompañará durante todo el relato dado que Nick Carraway, nuestro narrador, se cuida muchísimo se los detalles que nos dará acerca del protagonista, lo que nos aumenta el “misterio Gatsby”, es un derrochador, ¿un hombre rico que sólo busca aprobación? Sin embargo, actuando como un detective, Carraway deja algunas pistas acerca de la verdadera naturaleza de este enigmático ser: Ciertamente ofrece fiestas costosísimas y en ellas las personas más famosas y “sociales” del momento, no se hacen esperar pero, es cierto también, que en la oscuridad de la noche se planta en el patio a observar la infinidad del firmamento.

   Gatsby se convierte en un enigma no sólo para nosotros (lectores) sino también para la ficción en la que se desenvuelve puesto que nadie sabe de él más que un chismorreo constante.
   
   Su historia trata de un juego en el que la ficha que falta no se encuentra e intentamos rellenar el espacio con una que no encaja, una visión de todos aquellos que dentro de la abrumadora soledad intentan llenar un vacío con “algo más”, sin embargo, si algo nos queda claro es que la sociedad de la obra está defectuosa: es presumida, absorbente, es una sociedad inmensamente parecida a un parásito.

   Nick Carraway se convertirá en una pieza diferente para esta sociedad, no para Gatsby, quizá porque nunca pudo mezclarse por completo con ese lugar al que se vio obligado a llegar (igual que Gatsby) y por esa misma razón será el único que llegará a conocerlo realmente.

   Daisy parece ser realmente la pieza faltante en su vida pues este hombre tan enigmático, y poco habitual resultó ser un romántico cuya principal meta era “conseguir el amor de una mujer” y para creerse realmente merecedor de esta debía hacer cosas que no podría medir; el único problema a esta división heroica es que esta pieza también venía defectuosa.

   Gatsby y Nick se encuentran en una sociedad corrompida y Daisy ya fue absorbida por los vicios de esta donde el aparente supera todo lo demás, donde lo primero es verte como los otros deberían verte aunque eso signifique perder toda dignidad y todo sueño.

   F. Scott Fitzgerald decide mostrarnos en esta novela la fuerte crítica a una sociedad de apariencias y de conveniencias, pero también, analiza la psicología de la soledad y la búsqueda del ideal pues, en muchos sentidos, Gatsby somos todos, todos quienes vivimos la vida intentando siempre alcanzar lo mejor para hacer feliz a los demás y nuestra felicidad depende de su aceptación y aprobación; no obstante, al morir estamos solos y quizá sólo un recuerdo tenue sólo sobre aquellos que te “conocieron” pero no se dieron el gusto de pertenecer realmente a tu vida.

   Con esto queda respondida la pregunta del inicio: ¿Quién es Gatsby?

   Gatsby somos todos.
Yendelki Pérez
Abril, 2018

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