El gran Gatsby – F. Scott FitzGerald
¿Quién es
Gatsby?
Es la primera pregunta que nos hacemos al
comenzar esta lectura y nos acompañará durante todo el relato dado que Nick
Carraway, nuestro narrador, se cuida muchísimo se los detalles que nos dará
acerca del protagonista, lo que nos aumenta el “misterio Gatsby”, es un derrochador,
¿un hombre rico que sólo busca aprobación? Sin embargo, actuando como un
detective, Carraway deja algunas pistas acerca de la verdadera naturaleza de
este enigmático ser: Ciertamente ofrece fiestas costosísimas y en ellas las
personas más famosas y “sociales” del momento, no se hacen esperar pero, es
cierto también, que en la oscuridad de la noche se planta en el patio a
observar la infinidad del firmamento.
Gatsby se convierte en un enigma no sólo
para nosotros (lectores) sino también para la ficción en la que se desenvuelve
puesto que nadie sabe de él más que un chismorreo constante.
Su historia trata de un juego en el que la
ficha que falta no se encuentra e intentamos rellenar el espacio con una que no
encaja, una visión de todos aquellos que dentro de la abrumadora soledad
intentan llenar un vacío con “algo más”, sin embargo, si algo nos queda claro
es que la sociedad de la obra está defectuosa: es presumida, absorbente, es una
sociedad inmensamente parecida a un parásito.
Nick Carraway se convertirá en una pieza
diferente para esta sociedad, no para Gatsby, quizá porque nunca pudo mezclarse
por completo con ese lugar al que se vio obligado a llegar (igual que Gatsby) y
por esa misma razón será el único que llegará a conocerlo realmente.
Daisy parece ser realmente la pieza faltante
en su vida pues este hombre tan enigmático, y poco habitual resultó ser un
romántico cuya principal meta era “conseguir el amor de una mujer” y para
creerse realmente merecedor de esta debía hacer cosas que no podría medir; el
único problema a esta división heroica es que esta pieza también venía
defectuosa.
Gatsby y Nick se encuentran en una sociedad
corrompida y Daisy ya fue absorbida por los vicios de esta donde el aparente
supera todo lo demás, donde lo primero es verte como los otros deberían verte
aunque eso signifique perder toda dignidad y todo sueño.
F. Scott Fitzgerald decide mostrarnos en
esta novela la fuerte crítica a una sociedad de apariencias y de conveniencias,
pero también, analiza la psicología de la soledad y la búsqueda del ideal pues,
en muchos sentidos, Gatsby somos todos, todos quienes vivimos la vida
intentando siempre alcanzar lo mejor para hacer feliz a los demás y nuestra
felicidad depende de su aceptación y aprobación; no obstante, al morir estamos
solos y quizá sólo un recuerdo tenue sólo sobre aquellos que te “conocieron”
pero no se dieron el gusto de pertenecer realmente a tu vida.
Con esto queda respondida la pregunta del
inicio: ¿Quién es Gatsby?
Gatsby
somos todos.
Yendelki
Pérez
Abril, 2018
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