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Almas que buscan un sentido - Abraham E. Silva

   El mundo es un lugar extraño, raro. El hombre no entiende en su totalidad la mitad de lo que escribe, ve, hace, o sabe, eso lo comprendemos pero no entendemos en sí un cuarto del mundo y menos lo minúsculo que somos para/en el universo: un simple átomo. El hombre, la persona, el humano en sí, señores, está corrompido y destruido, tiene algo dentro de sí que no se puede arreglar y podemos citar la biblia u otras religiones y mitologías más si no creen que somos impuros en nuestra totalidad y quiero aclarar que no hay mente sana, que alguien que aparente no tener malicia no quiere decir que no la tenga: los niños son “la parte más pura del mundo”, pero ciertamente, tienen su propio tipo de malicia, según la perspectiva de cada quién.    Aunque no vine para hablar de mi perspectiva del mundo corrompido en el que habitamos actualmente, pero con algo tenemos que empezar para conocernos, mi querido lector. Hablaremos y nos desglosaremos en lo qué es el alma, el aura, la trasmutación,

Asesino del taller - Yendelki Pérez


Comentando algunas cosas con un amigo recientemente caí en cuenta del algo importante. Para explicarlo supongo que debo comenzar por el principio, obviamente, eso es justamente lo que falta.

     En mi época de universitaria pertenecí a un Taller Literario que dictaba mi universidad, el cual poseía una larga trayectoria y una excelente calidad. Como era de currículum libre no importaba mucho asistir con regularidad, sin embargo, durante el tiempo que yo lo hice el grupo era continuo y unido. Éramos seis o siete integrantes y poco a poco se unían otros. Nuestro trabajo allí no era sencillo; no es fácil decirle a alguien en la cara que su texto apesta. Yo aprendí hacerlo con mi asidua asistencia, ya lo dije.

     Dos profesores se encargaban de llevar la batuta, siempre alguien debe hacerlo: Rafael Rondón y Vanessa Hidalgo. Teníamos el apoyo de otros profesores, claro, como la profesora Norma González de Zambrano y Carlos Zarzalejo que pertenecía a un departamento distinto, pero era una muestra de esa diversidad que necesitábamos. Las reuniones se realizaban semanalmente, todos los viernes a las cuatro de la tarde. Semestre a semestre intentamos evitar un choque de horario que nos impidiera seguir asistiendo. No teníamos un lugar fijo, o sí… Depende del semestre.

Gran parte de los miembros se inclinaban hacia la poesía y cuando se lo proponían llevaban escritos de muy buena calidad. No me apena decir que aprendí a leerla –la poesía- estando allí, también a entenderla o por lo menos a interpretarla. Rafael, Vanessa, Carlos, Erylid, Michelle, Jairo… incluso unos menos constantes se apasionaban por ella. La profesora Norma González, Elianne y mi persona lo intentamos un poco más con la narrativa.

     Ahora bien, lo que recordé recientemente tiene mucho que ver con esa época. Recuerdo el día como si no hubieran pasado cinco años ya. El semestre estaba bastante avanzado, los talleristas adoptamos como costumbre realizar un compartir semanalmente. Así comíamos mientras nos entreteníamos con las divagaciones; esa tarde no hubo excepción. Ya hacía un par de semanas que discutieron mi cuento, aún daba de qué hablar. Posteriormente, Elianne había llevado un cuento corto, de su autoría, obviamente, que también produjo interesantes divagaciones sobre otras dimensiones y esas cosas que siempre nos preguntaremos. Lo cierto es que había llegado el turno de Carlos que había decidido probar suerte con la narración…

-          No lo sé, no puedo creer que realmente estés incluyendo “aliens” en todo esto… -No apartaba la vista del papel- es… es raro. –concluyó

-          Bueno eso también es literatura, varios escritores lo han experimentado, personalmente no me desagrada la idea –encogiéndose de hombros se encontraba inmerso de igual manera en el papel, quizá por temor no se atrevía a levantar la mirada para observar al resto del grupo.


-          Pues, a mí no me parece nada mal… Carlos decidió arriesgarse por la narrativa aún cuando no la considera como su fuerte. Yo todavía no me arriesgo con la poesía. Es difícil tomar esas decisiones –sonrió- Además no está mal, creo que aún hay algunas cosas para tomar en cuenta, por ejemplo el tema del argumento que está bastante diluido… pasa desapercibido.-

-          No, no… Me mal interpretan. No me parece que esté mal. He dicho que es raro, creo que al leerlo no te imaginas que los “aliens” serán el tema central. Hay que trabajarlo un poco más.


     Otra mujer se hizo voz entre los comentarios.
-          Pues, ya está dicho entonces, las siglas para Carlos son AT (A Trabajar) –Rió y con ella todos los demás.

     Se acercaba el momento de culminar el encuentro. El texto tomó nuevamente su lugar sobre la mesa para reposar de las miradas y del bolígrafo que había estado transformándolo. Ninguna de las copias estaba igual; los talleristas se tomaban muy en serio eso de que el texto era suyo una vez que estaba en sus manos. Por treinta y seis años había sido así.

    La jornada finalizó con normalidad, los seis integrantes del taller se acompañaron hasta la salida de la universidad. La siguiente semana nuevamente uno de ellos llevaría un escrito para ser desvalijado y rearmado nuevamente. Sin embargo, el viernes siguiente uno de ellos no asistiría a las acostumbradas reuniones.


- Que raro, Carlos no falta al taller.

Yendelki Pérez

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